Esta expresión, muy común en los pueblos en donde abundan las viviendas unifamiliares de autopromoción, obedece al hecho de que infinidad de casas construidas hace muchos años, lo fueron en épocas en las que el rigor urbanístico brillaba por su ausencia y no se cumplían los requisitos legales exigidos, como eran la obtención de licencia de obra, la certificación del final de obra, la obtención de licencia de primera ocupación, o el cumplimiento de las normas sobre ordenación urbana.
Para hacer frente a esa situación, y a los problemas que se encontraban estos propietarios, carentes de toda titulación que acreditase la propiedad de la vivienda, o siquiera su existencia, las sucesivas leyes del suelo articularon el mecanismo de la declaración de obra nueva antigua.
A través de esta escritura pública se puede obtener un titulo fehaciente que acredite la existencia, configuración y dominio de la vivienda. Decir por último que la declaración de obra es necesaria en muchos casos, como conseguir financiación bancaria, al ser posible su hipoteca, posibilidad de otorgar actos de modificación de entidad hipotecaria, como la división horizontal, o todas las ventajas derivadas de la posibilidad de acreditar frente a terceros a titularidad de la vivienda.
Si está interesado en regularizar la situación jurídica de su vivienda, no dude en ponerse en contacto con nosotros a través del teléfono 686 44 94 06 o el correo recepcion@botanaconsultoria.com y le asesoraremos en todos los pasos a seguir.